El derecho de adaptación de la jornada para conciliar la vida familiar y laboral recogido en el art. 34.8 ET (y que – de forma muy discutible – los medios de comunicación empiezan a denominar como el derecho a la «jornada a la carta») es una de las principales novedades del RDLey 6/2019.
El contenido de esta entrada, con el objeto de sistematizar el contenido normativo con las reacciones judiciales que se han producido al respecto, se ha migrado a la entrada sobre Tiempo de Trabajo y Descanso.
Pues por lo que llevamos visto de la producción judicial sobre esta «expectativa» se ha interpretado como un derecho, con lo que como decía mi pobre madre se desnuda un santo para vestir otro y el problema se traslada a las empresas. Lo curioso es que los sindicatos, tan cuidadosos con los derechos colectivos y refractarios al ejercicio individual, en esta ocasión se hayan puesto de perfil, cuando no a favor. ¿Tendrá que ver algo porque ha sido el PSOE el paridor de la «ideíca»?
Comprendo que las leyes están para cumplirlas aunque algunas veces es muy discutible la interpretación que se desde la judicatura se hace de las mismas (sobre todo en primera instancia por la mecánica del juicio d elos social en sí y la falta de rigor y tiempo en analizar bien los casos). En todo caso es sorprendente la habitual falta de conexión con la realidad empresarial de legislación y sentencias, sobre todo porque somos la empresas las que tenemos que lidiar con la realidad y las que pagamos las consecuencias. Las empresas no somos un pozo sin fondo que podemos asumir sin problemas las ocurrencias de otros ni somos (al menos en su mayoría) un ente perverso que solo quiere explotar al indefenso y buen trabajador. Políticos y jueces debería dirigir durante un tiempo alguna empresa a ver como solventaban el camino de obstáculos en el que se han convertido las relaciones laborales en el sector privado, con una creciente regulación e inseguridad jurídica y cada vez más alejado de la racionalidad económica y humana que dificulta la subsistencia de las empresas cumplidoras y es campo abonado para empresarios piratas o aquellos que sobreviven recurriendo a la economía sumergida (por cierto, la menos inspeccionada).
Perfecto lo de la soberania del trabajador sobre su tiempo, pero entonces vayamos a un contexto de relaciones laborales sobre procesos y objetivos. «Tu te organizas como mejor te venga para conciliar, yo te pido que cumplas estos objetivos». Por tanto la actual legislacion sobre control horario de todas las jornadas (parciales y completas) que favorece y predica el presentismo sobre la productividad habra que tirarla a la basura
La STSJ Madrid 15 de enero 2018 (rec. 936/2017) no es firme. La tengo recurrida en casación. La apreciación del TSJM deviene de una infame declaración de hechos probados del juzgado de lo social nº6 de Madrid. Una jueza que comenzó la vista (a micrófono cerrado) recriminando a la actora que estuviera reclamando un turno fijo como si eso fuera necesario para conciliar porque según ella, ella misma también había sido madre. En fin…
Un compañero mio ha solicitado la adaptacion de la jornada por conciliacion familiar y … pues miren Uds. que quiere que les diga si al final la empresa me ha quitado derechos para darselos a él. Y si, es cierto, que pasa con su pareja, con sus padres y hermanos ?. ¿Tiene un empleado (yo) que ser parte afectada cuando existen otras soluciones?. Si, es cierto, pensaran que soy un egoista insensible; pero es que a mis 50 años he criado a muchos hijos de compañeros haciendo sacrificios que jamas se han visto recompensados. Ni siquiera me desgravo por ellos. Y si, elijo las vacaciones el último, si hay que hacer un extra tambien me toca, si hay que trabajar de noche…pues si, tambien. En definitiva he tomado conciencia que la razon de mi existencia es para que otros vivan eligiendo cuando quieren y cuando no quieren ir a trabajar. Sepan Uds. que este año Manolito irá a judo, musica, ingles y todo lo que se les ocurra para tener un hijo superestimulado…a ver si suena la flauta !!!!. ya saben el que firma…está relegado a vivir una vida sin familia, sin reuniones sociales,…sin derechos.