Análisis de los datos de empleo 2011-2014.
Durante este período se detecta, por un lado, el uso persistente (y patológico) de la contratación temporal. Lo que evidencia que la reforma de 2012 no ha contribuido a alterar el patrón de conducta en la contratación.
Y, por otro lado, un incremento notable de la jornada parcial afectando particularmente a las mujeres. Se detecta una intensificación de la precariedad dado que el número de contratos temporales a tiempo parcial se ha incrementado notablemente.
En definitiva, parece que se consolida una tendencia a que el empleo que se crea, en parte, es el resultado del reparto del existente.